Hoy
no hay lugar a referirse sobre la legalidad operacional, lo histórico sucedido
con las Farc, generó en algunos ciudadanos manifestaciones que de alguna manera
se presentan histéricas, exageradas y deja cierta preocupación, es este
escribiente; lo anterior por cuanto a que se reflejó un completo
desconocimiento en relación a la situación del conflicto esta deducción se acoge
de las imágenes en las cuales entre lágrimas los ciudadanos manifestaban se había
acabado el conflicto.
Frente a esta preocupante situación lo preciso es aclarar
que el conflicto no ha finalizado, que el marco del derecho internacional
humanitario sigue aún más vigente para el amparo jurídico de las operaciones
militares y que lo firmado se refiere simplemente se restringe a cese de fuego
bilateral, zonas de ubicación, cronograma de desarme y garantías de seguridad.
Como
es que el pueblo Colombiano olvida con tanta facilidad los hechos atroces, como
es que en condiciones especiales en las que se cede al límite de la elasticidad
se realiza un acuerdo y el pueblo parece tener una venda; la población debe
prepararse para ser soporte de una completa reestructuración social, económica
y política.
El
nuevo camino que espera reviste condiciones de cambio y aceptación desde todos
los aspectos, lo reflejado con gritos, pancartas y arengas el día 23 de Junio
de 2016, evidencia una reacción mediática y poco reflexiva del pueblo
Colombiano; por otro lado viene el planteamiento interno la reacomodación del
Ministerio de Defensa y su Fuerza Pública; quedando las Fuerzas Militares con
un reto, para el cual será fundamental la observancia del derecho operacional,
siendo necesario para orientar y soportar las condiciones especialísimas en las
que se verán inmersas las fuerzas militares. ARDENAS
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