Frente al estudio de los derechos y a la popularidad
que el respeto por los mismos se ha generado en la modernidad es procedente
entrar a reflexionar sobre el restringido derecho de los miembros de las
Fuerzas Militares de
Colombia, entiéndase esta como amplia dado a que incluye a quienes integran el
Ejército Nacional, la Armada Nacional y la Fuerza Aérea Colombiana; como es que políticamente se promulga de
manera pública que todo uniformado puede tomar partido por un “SI” frente a una
campaña de gobierno sin ser deliberantes y no es posible ser considerado dentro
de una democracia como ciudadano; se evidencia una vulneración generalizada que
afecta no solo los derechos de integrante de las Fuerzas Militares sino la de
la totalidad de los Colombianos al verse obligados a vivir en una democracia a
medias, con garantías medidas desdibujando la imagen del servidor público que
se encuentra al servicio de la defensa y seguridad del Estado.
La formación en disciplina
castrense de las Fuerzas Armadas, ha permitido una correcta
percepción de la importancia en la conservación de la democracia, sin embargo
esta misma se ve comprometida.
Es importante tener en cuenta los
derechos fundamentales de los militares colombianos, que pese a pertenecer a
una fuerza legítimamente armada la cual debe velar por el bienestar y la
protección de la población colombiana, así como también de la soberanía del
territorio nacional; a estos deben garantizárseles plenamente sus derechos
constitucionales, caso contrario se configurarían como ciudadanos de segunda
generación.
La evidente vulneración se
refleja incluso en otros aspectos como en el ámbito laboral, pensional, penal,
administrativo y demás, lo cual constituye nuevamente la prevalencia de la observación,
respeto y garantías de los derechos humanos de los uniformados, sin importar el
grado, arma o fuerza militar que los enviste.
Lo ansiado se encamina a la defensa y
garantía como iniciativa del mismo pueblo para el pleno ejercicio del derecho
al sufragio a los integrantes de las fuerzas armadas, incentivando a cambiar la
concepción de limitarles sus derechos políticos, ya que la liberalidad de la
democracia y la garantía constitucional deberán permitírselo, así como a los
demás miembros de la población ciudadana; no hay sustento normativo que envaine
los fundamentos para continuar negando este derecho a elegir, la prohibición
contenida en la norma superior colombiana es inadecuada.
ATLANTICO-
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